Continuamos esta secuencia de tres posts analizando la situación surgida tras la derrota del Real Madrid en su particular duelo frente al Barcelona.
Nos preocuparemos ahora de analizar quiénes son los responsable de que, salvo giro inesperado, el Real Madrid cierre esta temporada en blanco.
Partimos del hecho de que cualquier análisis a “toro pasado” es oportunista, y no consideramos que ningún miembro del staff del Real Madrid (directivos, técnicos o jugadores) haya tenido una actuación negligente, desidiosa o abiertamente condenable, como sí ha ocurrido otros años.
Echemos un vistazo a los distintos responsables.
Directiva
Conseguir reunir en un solo año a los dos últimos Balones de Oro, junto con un serio aspirante a serlo en los próximos 5 años es una tarea al alcance de muy pocos. A algunos les parecerá que el dinero puede comprarlo todo. Pero hay que tener en cuenta que seis meses antes de que Florentino Pérez fichara a Kaka, en Enero de 2009, el Manchester City hizo una oferta de 106 millones de euros por el jugador, que finalmente declinó fichar por el conjunto inglés. Seis meses más tarde, el Real Madrid se hacía con sus servicios por un 40% menos de esta cantidad. Parece lógico pensar que no fue una mala negociación.
Florentino Pérez sí aprendió de los errores del pasado, en el que, recordemos, el Real Madrid llegó a jugar con Figo, Zidane, Beckham, Roberto Carlos, Owen, Raúl y Ronaldo, pero con Iván Helguera, Pavón y Raul Bravo en la defensa.
Entendió las tres razones que propiciaron el fracaso de su anterior etapa anterior (equipos descompensados, jugadores indisciplinados y en su etapa final, y técnicos mediocres carentes de táctica, estrategia y personalidad) y se dispuso a realizar un equipo contando con los mejores jugadores posibles en cada puesto, poniendo atención en la edad y la conducta fuera de los terrenos de juego.
Con la absoluta imposibilidad de fichar a Villa, Ribery y Fabregas, vinieron todos los jugadores que contaban con un consenso enorme sobre su “excelencia” y “necesidad” para el nuevo proyecto.
En cuanto a las ventas, el tiempo demostró que, posiblemente, la de Robben fue errada, pese a la razonable idea de que su propensión a las lesiones invitaba a su venta, además de facilitar la llegada de Ribery el año próximo.
Por los demás jugadores sobrantes de la plantilla (Drenthe, Diarra, Gago, Metzelder) no llegaron ofertas.
La elección del técnico admite más discusión, que analizamos en el siguiente punto.
Pellegrini
La negativa de Wenger provocó la llegada de Pellegrini. Con un CV bastante modesto, se presentaba como un entrenador que proyectaba la imagen elegante de la nueva era, junto con el buen juego que había desarrollado el Villareal bajo su mando. Algo que, aunque muchos lo han olvidado, era una demanda prioritaria hace un año, acostumbrados a entrenadores como Capello, Schuster o Juan de Ramos en la etapa de Calderón, mucho más barrocos, defensivos y resultadistas.
El tiempo ha demostrado que Pellegrini, posiblemente, no era el entrenador óptimo.
Lo cual no significa que no haya puntos en los que Pellegrini sí acertó. Su mayor o menor gusto por ocupar las bandas no nos parece determinante. Hay equipos muy buenos que juegan con mucha atención en las bandas (Sevilla, Bayern Munich, Valencia), y otros que no le prestan tanta (Chelsea, Manchester, Milan). No parece haber pruebas que establezcan un patrón decisivo sobre la relación entre éxito y bandas. Es una cuestión más opinable, más estética.
Parece indudable que Pellegrini, que en la pretemporada encajaba muchos goles a balón parado, ha hecho un muy buen trabajo en la defensa, posiblemente, la mejor del Real Madrid en una década. Consiguió que no se notara la baja de Pepe. Recuperó una versión cercana a la mejor de Sergio Ramos, y Arbeloa, bajo su mando, se ha convertido en uno de los mejores laterales izquierdos de Europa. El Madrid apenas ha encajado goles a balón parado.
Otro punto que ha de colocarse en el “haber” de Pellegrini es la “desRaulización” del Real Madrid, una necesidad fisiológica que ninguno de sus tres predecesores se atrevieron a satisfacer.
También es meritoria la optimización de Higuaín, al que Pellegrini sacó de la banda para acercarle al área, con el resultado conocido.
En lo que sí fracasó Pellegrini es en la motivación y adiestramiento mental del destino de sus jugadores, que se enfrentaban al reto de vencer al mejor equipo de la historia. Se vio con el partido de vuelta frente al Alcorcón, en el de ida frente al Olimpyque de Lyon y en el último encuentro frente al Barcelona, que los jugadores del Real Madrid no salían con la motivación ni actitud necesarias.
Pellegrini no tenía carácter para ser el líder espiritual sobre el que asentar el, tal vez, mayor reto futbolístico de la historia reciente.
(continua en ¿Debe Florentino Pérez ser ahorcado en la plaza? (segunda parte)
martes, 13 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Solo quería hacer una puntualización, me parece sorprendente que digas que el Chelsea (el de esta temporada) o el Manchester no juegan por las bandas, sobre todo el Manchester que si por algo se caracteriza es por sus numerosos extremos.
Un saludo.
Jesús
En mi opinión, tanto Manchester como Chelsea juegan por las bandas en una proporción parecida al Real Madrid.
Obviamente, es algo indemostrable; simplemente, es una percepción.
Lo importante (que sí parece demostrable) es que no existe una relación directa "Juego por extremos - Victoria".
Publicar un comentario