Después de una semana en la que todos los europeos mirábamos al cielo ha llegado el momento de hacer balance de los daños que un volcán de nombre impronunciable a ocasionado a la economía europea.
Los analistas no se ponen muy de acuerdo en los efectos que esta paralización va a ocasionar en la ya maltrecha economía europea. Con un estancamiento en el último trimestre de 2009 y unos arranques dubitativos de 2010 no está muy claro si esta paralización de la actividad repercutirá en el crecimiento.
Según los analistas de Royal Bank of Scotland estiman las pérdidas por productividad de los profesinoales atrapados en los aeropuertos en 1.500 millones de euros. Visto así puede no parecer mucho pero con las paupérrimas previsiones de crecimiento para este año, esto puede ser la puntilla.
La gestora de fondos británica Schorders a afirmado en otro informe que en casos como la economía británica en la que la industria de la aviación supone un 0,53% del PIB, esta circunstancia podría suponer un retroceso del 1% en su crecimiento.
Aunque prácticamente el 100% del espacio aéreo se encuentra abierto todavía es un poco pronto para sacar conclusiones. Desde luego una pregunta sobrevuela los ambientes políticos. ¿Fueron excesivas las medidas tomadas? ¿Se podrían haber arriesgado los ministros de transportes de la Unión a dejar abierto el espacio aéreo aún a riesgo de algún accidente?
Mi opinión es que a toro pasado siempre es fácil corregir pero me alegro de que se tomen posturas conservadores cuando miles de vidas están en juego.
¿Que opináis vosotros?
Saludos.