Este hombre, Donald Beyer (que tiene un aire a Christian Bale por cierto) es últimamente noticia porque ha pasado de ser el embajador EEUU en Suiza a recaudador internacional de hacienda. Así son los americanos, pragmáticos al extremo. Estados Unidos apuntó al banco suizo UBS en una investigación por fraude fiscal el año pasado. Como consecuencia de ello UBS acordó pagar 780 millones de dólares en febrero del 2009 así como compartir datos bancarios confidenciales de cerca de 280 de sus clientes para respetar acusaciones de delitos fiscales. Más adelante ese mismo año acordó entregar a Washington datos bancarios vinculados otros 4.450 clientes de UBS, perforando las leyes de secreto bancario de Suiza. Parece que perseguir la evasión fiscal a escala internacional se va a convertir en una prioridad para la IRS (la hacienda americana), y es que el 18 de Marzo de 2010 se publicaron las nuevas normas de "Foreign Account Tax Compliance Act" (Sería algo así como Consolicación de impuestos en cuentas extranjeras) o “FATCA”
La nueva ley define nuevos requisitos mucho más exigentes en términos de reportar información financiera exhaustiva que ciudadanos particulares o entidades americanas tengan en cuentas de bancos extranjeros y que deban estar sujetos a recargos impositivos. Si bien la aplicación total de las nuevas normas no será de aplicación hasta el 1 de Enero de 2013, las entidades financieras de diversos paraísos fiscales están mostrando su preocupación tanto por el conflicto que supone de cara a la privacidad de sus clientes, como el coste que podrá suponer las nuevas necesidades de informar al gobierno americano.
Por otra parte, también se les exigirá a los fondos de inversión extranjeros que inviertan en EEUU que se certifiquen como fondos que cumplen dicha normativa, lo cuál les obligará de nuevo a informar sobre las cuentas de sus clientes, el valor de las mismas, aportaciones y retracción de fondos.
En caso de no informar adecuadamente o no llegar a un acuerdo con la IRS (la hacienda americana) se le aplicará al inversor particular un tipo del 30% a todas sus ganancias ya sean dividendos o por venta de activos.
Parece que los americanos se toman en serio lo de luchar contra el blanqueo de capitales y la evasión de impuestos.
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