La Nación de las Barras y Estrellas solía representar, como ninguna otra, el liberalismo económico, la eficiencia de los mercados, el libre y justo equilibrio de la oferta y la demanda. Así fue durante más de dos siglos. Hasta que llegó él: Timothy Franz Geithner, presunto creador de una nueva escuela económica postkeynessiana: la de la manipulación de los mercados en aras de los intereses privados. No vamos a calificar la validez de sus aptitudes, ni a evaluar explícitamente las medidas que ha adoptado. Sobre eso existen opiniones muchísimo más expertas y documentadas que las de unos modestos blogeros amateurs, autocalificados como "idiotas sin gracia". En último caso, y en un plazo de cinco años, de eso se encargará la historia.
Lo verdaderamente inaceptable de la gestión del Septuagésimo quinto Secretario del Tesoro de los Estados Unidos de América, son sus métodos y actitudes.
Si repasamos brevemente la biografía de Timothy, llama la atención su estrecha relación con la Banca de Wall Street, dónde llegó a participar en la venta del quebrado Bear Stearns. Este hecho, unido a sus cargos de funcionario en la Reserva Federal De Nueva York, forjó el estilo operacional de Geithner: el fin justifica los medios. Y claro, eso mismo hace ahora desde el Departamento del Tesoro, dónde, sin absolutamente ningún disimulo, siempre tiene un ojo puesto en Wall Street, su calle neoyorquina favorita.
En los 4 meses que lleva en el cargo, Geithner ha convocado ruedas de prensa improvisadas para negar el contenido de Blogs de Internet, que hablaban de la posible quiebra técnica de 16 de los 19 bancos sometidos al Stress Test (!!!). Desde el Departamento del Tesoro, se dieron órdenes a los directivos de Citigroup de cómo tenían que recoger en balances algunas actividades del banco. No sólo eso. Días después, en una entrevista con el periodista Charlie Rose, adelantó, de manera seccionada, los resultados parciales del Stress Test (sólo la parte positiva, por supuesto), un día antes de que se hicieran oficiales (curiosamente, un día en que Bank of America caía un 12% en la preapertura). Días antes de conocerse los resultados se esas pruebas de solvencia, las tres publicaciones financieras más relevantes del mundo, The Wall Street Journal, Bloomberg y Reuters, aseguraban que gran parte de los bancos auditados iban a necesitar ampliaciones de capital. Incluso se daban cifras, que posteriormente se demostraron absolutamente ciertas, especialmente en el caso de Bank of America. Esas informaciones hicieron caer las cotizaciones de la banca americana, hasta que Geithner, en rueda de prensa, adelantó que ningún banco quebraría. Así de sencillo. Se conocieron los resultados de los tests, en los términos que habían adelantado estos 3 rotativos, y las cotizaciones se relanzaron.
Como si de un vendedor de crecepelo se tratara, Geithner pronuncia palabras como "espíritu, pulso, alma, corazón", sin ofrecer absolutamente ningún dato numérico. El discurso de Timothy choca frontalmente con el de sus colegas de la FED, Bernanke y Greenspan, mucho más realista y documentado, y sobre todo, apoyado en datos. Los operadores saben que, cuando Tim sale por la tele, deben dar órdenes de compra. Luego, ya se encarga él de hinchar las cotizaciones, haciéndoles hombres ricos.
Geithner, más que el Ministro de Economía de Estados Unidos, actúa como un "avivador de jornadas bursátiles". No existen pruebas de que tenga intereses monetarios en las acciones de las empresas a las que con tanto empeño pretende servir. Sin ninguna duda, el sofisticado régimen de incompatibilidades de EE. UU. tendrá perfectamente auditado todo el patrimonio de Geithner, de la misma manera que durante la Guerra de Irak se conocía el del Vicepresidente Dick Cheney, con intereses en la industria armamentística. Pero sorprende bastante la obscenidad de su dedicación a la NYSE.
Algo parecido hace el archimillonario Warren Buffet, haciendo manifestaciones oportunistas, que de por sí solas mueven los mercados. Pero Buffet (que también sonó como posible Secretario del Tesoro), por lo menos actúa desde un plano meramente particular, no institucional.
Sin ninguna duda, las actitudes de Geithner son insostenibles en el largo plazo. Tarde o temprano, la realidad se acabará imponiendo, y sus bellas palabras se enfrentarán a hechos no tan bonitos. Tal y como dijo uno de los fundadores de los ideales a los que Geithner pretende servir a su particular manera: "Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo", Abraham Lincoln dixit.
MiB: Dana Mattioli on Amazon’s Everything War
Hace 3 días
1 comentarios:
Creo que los post excesivamente largos fomentan la huída masiva de lectores. Recuerden camaradas, las palabras de Gracián: Lo bueno, si breve...
http://w1.ladnok.es/robbers/me/107733/74656
Recordad, la hierba es para las vacas o para fumar
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