Finalmente, Grecia ha sido rescatada. Los países miembros de la Unión, han decidido inyectar 30.000 millones de euros en forma de préstamos para que el país heleno haga frente a los pagos de sus deudas.
Pero de ahí a afirmar que la situación está totalmente controlada, media un abismo.
Grecia va a utilizar esos fondos, que le van a ocasionar más deudas, para hacer frente a pagos en las deudas que ya tenía. Va a pagar a sus acreedores endeudándose aun más, y a un tipo de interés no precisamente bajo.
Si además añadimos el hecho de que el Gobierno Griego está inmerso en un ambicioso plan de ajuste fiscal y contención del gasto, que va a limitar la creación de empleo, y que este año va a provocar que la economía griega siga creciendo negativamente un 2,5%, la situación dista de tener buenos visos.
Muchas y prestigiosas voces defendían la posibilidad de que, como mejor solución, Grecia cayera en default, y acudiese al Club de Londres y al FMI para reestructurar su deuda y establecer un nuevo plan de pagos.
Sin embargo, el complejo de falta de credibilidad y liderazgo político que arrastra Europa, junto con la defensa a ultranza de la unidad en el euro, han provocado este plan de rescate, del que, antes incluso de hacerse público, ya se dudaba.
Académicos y abogados alemanes han interpuesto en los tribunales una demanda contra la participación alemana en el plan de rescate; la agencia de calificación Moody´s ha declarado, tras conocerse el plan, que hay un 50% de posibilidades de volver a bajar el rating de Grecia (situándolo en el nivel de los bonos basura), y la bolsa de Atenas no ha parado de caer tras conocerse que Grecia iba a ser rescatada.
Todos estos datos no invitan a pensar que, si otro país de la eurozona, mayor que Grecia, precisase otro plan de ayuda, éste se iba a volver a dar.
Exactamente lo que pasó con Bearn Sterns, el primer banco americano que amenazaba con quebrar, y fue rescatado por la FED y por JP Morgan.
Tras la polvareda que se armó, el siguiente banco en una situación parecida, Lehman Brothers, sufrió una suerte bastante distinta, por todos conocida…
La analogía no puede ser más clara… Está claro que Grecia ha jugado el papel de Bearn Sterns…
Habrá que ver si hay alguien que vaya a ser Lehman Brothers… y nosotros tenemos alguna papeleta.
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