Si estamos pensando en invertir en acciones, la cantidad de variables que pueden afectar a la evolución de nuestra inversión, en el medio plazo, es enorme. Resultados empresariales de cualquier empresa importante, movimientos corporativos, contexto macroeconómico, recomendaciones de compra o de venta, declaraciones de gurús o directivos, intervenciones públicas, rumores, filtraciones, soportes y resistencias técnicas, e incluso, evolución de divisa.
La influencia de agentes externos desestabilizadores es mucho más importante que la mera lógica microeconómica de la evolución de los balances de nuestra compañía. Además, tenemos que ponderar todos estos elementos, y mezclarlos con sentimientos irracionales de inversores institucionales, que representan el 50% del volumen del mercado, y que no se basan en ninguno de los factores antes mencionados. El resultado es, en muchas ocasiones, tan imprevisible como sorprendente. Como ejemplo reciente, tenemos lo ocurrido el Viernes 29 de Enero, cuando se conoció el dato de crecimiento del PIB americano del Cuarto Trimestre de 2009: +5.7%, cuando se esperaba un 4.6%. Ese día, los índices americanos, acabaron a la baja más de un 0.5%.
Existen otro tipo de inversiones alternativas, cada vez más populares entre los inversores más sofisticados.
Si invertimos en divisas, los parámetros a considerar son mucho más reducidos, más previsibles y menos irracionales. Como un cruce de divisas representa la relación entre dos economías, simplemente (si es que se puede hablar de simpleza), habrá que establecer cuál de las dos lo va a hacer mejor durante los próximos meses, teniendo en cuenta el crecimiento, la contabilidad nacional y el riesgo atribuido a cada región económica. La influencia de terceros factores, como puedan ser los poseedores de la deuda soberana de ese país, es mucho menor.
Siguiendo esta teoría, nos centramos en la relación de economías desarrolladas en estancamiento, frente a economías emergentes, agrupadas en las regiones de América del Sur y Asia.
De los llamados BRIC (Brasil, Rusia, India y China), la rupia es posiblemente la divisa más interesante (el real brasileño ya se ha apreciado demasiado , el yuan chino no es una moneda de libre tránsito, con lo que esto implica, y las perspectivas sobre Rusia no son muy positivas).
La previsión del crecimiento del PIB para India es de un 7.5% para 2010. Tradicionalmente, uno de los mayores problemas que ha arrastrado India ha sido el de su endeudamiento (deuda de más del 80% y déficit del 10% a finales de los años noventa). Pero en 2003, cuando no tenía tanta fuerza emergente, estableció una serie de medidas de contención fiscal (FRBMA), que han funcionado bien.
El hecho de que va a ser, sin duda, una de las regiones que más entrada de capitales extranjeros atraiga, junto con los intentos por contener el endeudamiento, ofrecen a la rupia un enorme potencial de crecimiento con el dólar, y más aún, con el euro.
Desde marzo de 2009, se ha apreciado un 15% con el billete verde, y sólo un 8% con la divisa europea.
Pero el recorrido es enorme.
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